Sin duda, el cambio climático es uno de los principales riegos globales de este año. ¿Cómo hacerle frente? Son muchas las medidas que llevar a cabo; entre ellas, urge el cambio hacia modelos alimentarios ecológicos.

¿Qué papel juega la agricultura ecológica en la lucha contra el calentamiento global? Sigue leyendo…

Es importante dejar claro que, como señalan los científicos, la razón de que el clima cambie es la emisión de los gases de efecto invernadero. Estos gases, resultado de la actividad humana, aumentan la capacidad de retención de calor de la atmósfera. Teniendo en cuenta que alrededor del 50% de estos gases son producidos por el sistema alimentario (producción, transporte, conservación, procesado, embalaje…), conviene actuar en este ámbito. Ahora bien, ¿existe alguna manera de reducir estas emisiones? Así es: una de ellas es optar por la producción ecológica, tal como insistimos siempre en Cereales Angora.

El modelo alimentario ecológico

La Sociedad Española de Agricultura Ecológica publicaba un post con motivo de la pasada Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25). En él destacaba la necesidad de recurrir a un modelo de producción ecológico. Compartimos aquí un fragmento del articulo:

La producción ecológica aporta soluciones que pueden ayudar, por un lado, a reducir la contribución del sistema alimentario a la emisión de GEI y, por otro, a mitigar el impacto que los cambios en el clima van a tener (y ya tienen) en la producción agropecuaria.

En producción ecológica, la ganadería ecológica reduce la carga ganadera (número de cabezas) y basa la alimentación de los animales en recursos locales disminuyendo las necesidades de importar productos como la soja o el maíz desde el otro lado del mar. Y en el caso de la agricultura ecológica, no se utilizan fertilizantes de síntesis y se necesita gestionar mejor los aportes nitrogenados para evitar la aparición de plagas de difícil control.

Además, el compostaje disminuye globalmente la emisión de los GEI que se producen en el manejo del estiércol. Tampoco debe olvidarse la capacidad de secuestrar carbono en los suelos, tal y como lo llevan haciendo hace años los/as agricultores/as ecológicos con la fertilización orgánica.

Como la SEAE señala, son muchos los aspectos positivos de este tipo de producción. Una producción no solo resulta recomendable sino necesaria. Y bien, ¿por qué no optar por un sistema alimentario más sostenible? ¡Actuemos por el clima ya!

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