Las mejoras de la obtención vegetal han incrementado la productividad del trigo de entorno al 220%

Según un estudio elaborado por el Instituto Cerdà “las mejoras de la obtención vegetal han incrementado la productividad del trigo de entorno al 220% en los últimos 50 años y de un 37% en los últimos 30”. Esto, a su vez, “ha hecho posible, entre 1990 y 2018, una producción adicional de 14,7 millones de toneladas de trigo blando en España, es decir, el 11,5% de la producción en este periodo”. Esto supone una producción anual promedio de 523.776 toneladas adicionales gracias a la mejora vegetal.

Estas son algunas de las conclusiones del informe que, por primera vez, cuantifica las aportaciones económicas, sociales y medioambientales que tiene la mejora vegetal en España, el cual incluye un exhaustivo análisis centrado en el cultivo del trigo blando. La Asociación Nacional de Obtentores Vegetal (ANOVE) ha elegido la provincia de Toledo para presentar los detalles de este estudio.

Aportaciones de la mejora vegetal en la producción del trigo blando

Como resultado de los avances científicos y la inversión en I+D del sector obtentor, desde los años 90 se han registrado más de 1.000 nuevas variedades de trigo blando en la Unión Europea. Desde 2011, las compañías obtentoras han registrado 128 nuevas variedades de trigo blando en España, de las cuales 41 fueron registradas en los últimos dos años. Cada una de estas variedades, con características específicas, ha contribuido al aumento del rendimiento de este cultivo. Se trata, según señala el Informe del Instituto Cerdá, “de un sector en constante evolución, que se adapta a las necesidades de los agricultores y la industria en cada momento”.

Según señala el Informe del Institut Cerdà, “en 2018, el 12% de las tierras cultivables españolas fueron sembradas con trigo (más de 2 millones de hectáreas), de las que el 80% (1,7 millones de hectáreas) correspondieron a trigo blando”. En ese mismo año, se alcanzó una producción de 6,7 millones de toneladas. Castilla León concentró el 52% de la superficie cultivada y el 54% de la producción de trigo blando, seguida de Castilla La Mancha (con 14% de superficie y 11% de la producción estatal) y Aragón (9% de superficie y 8% de la producción). Andalucía, Navarra y Cataluña producen cada una alrededor del 5% del total nacional.

Puedes leer el estudio entero en agloclm

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